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ESG, las siglas de las que todos hablan y que deciden el futuro de las empresas

Innovación · 17 febrero 2022

Los criterios ESG, ambientales, sociales y de buen gobierno, repercuten directamente en la imagen, reputación y capacidad para recibir inversiones de una empresa y, por tanto, en la sostenibilidad futura del negocio.

 

Son las siglas de moda, ESG (en inglés environmental, social, and governance), y están marcando la gestión de las organizaciones. Las compañías las incorporan a su lenguaje sabedoras de que en la actualidad los criterios ESG inclinan la balanza en las decisiones de los inversores. La acción socialmente responsable ha pasado de ser un “adorno” adicional para una empresa a directamente determinar su futuro. Es una cuestión reputacional y de imagen, en ausencia de la cual, se puede venir abajo en poco tiempo toda una trayectoria de marca.

Una filosofía empresarial que integra los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno en sus políticas y la administración de sus recursos. Hace ya 65 años, el austriaco Peter Drucker, uno de los pensadores más influyentes en el campo de la administración de empresas, aconsejaba a las compañías buscar constantemente la innovación, “no meramente para aumentar sus ingresos, sino para cumplir su rol básico como órgano específico de crecimiento, expansión y cambio en la sociedad”. En estos temas, Drucker estaba décadas adelantado a su tiempo y ya anticipaba una época en que 80% del valor de una compañía estaría compuesto de intangibles que no aparecen en el balance contable. El tratadista y profesor austriaco puede considerarse un precursor los criterios ESG.

 

¿Qué significa cada una de las siglas?

La E de Environmental. Engloba el efecto que la actividad de las empresas tiene en el medioambiente de forma directa o indirecta. Todas las actuaciones destinadas a reducir la contaminación del aire y del agua, la eficiencia energética, o el cuidado de la biodiversidad. Las actividades de una organización no deben limitarse a mitigar los efectos negativos del negocio sino ir más allá, actuando de una forma proactiva en el cuidado del planeta.

La S de Social. Se refiere a la gestión de las empresas hacia las personas que trabajan en ellas, no solo empleados, sino también proveedores, clientes y sociedad en conjunto. Se tienen en cuenta factores como la salud y el bienestar de los empleados, la flexibilidad, la igualdad, la inclusión, la diversidad en el entorno laboral, la conciliación personal, etc. También incluye el bienestar de la comunidad donde se opera.

 

La G de Governance. Alude al gobierno corporativo de la empresa y sus códigos de conducta. La composición y diversidad de su Consejo de Administración, la retribución de los directivos, controles internos, lucha contra las prácticas antiéticas y políticas de transparencia en su información pública.

 

Al cumplir los criterios ESG, los directivos toman decisiones más acertadas dentro de la compañía y los inversores reconocen y premian con capital el esfuerzo de la empresa

 

Las empresas deben evolucionar continuamente a medida que cambia el mundo a su alrededor si no quieren verse desbancadas por nuevos competidores. Una estrategia empresarial clara en materia de ESG, permite, en primer lugar, que los directivos y ejecutivos tomen decisiones más acertadas dentro de la compañía y, en segundo lugar, que los inversores reconozcan y premien los esfuerzos de las empresas aportando capital.

 

Inversiones sostenibles

La UE ha aprobado recientemente una serie de normativas y guías tendentes a establecer, de una parte, criterios de clasificación de las inversiones que se pueden considerar sostenibles (el conocido como Reglamento de la Taxonomía), así como unas obligaciones específicas de divulgación de información ESG por parte de los participantes en el sector financiero (el Reglamento de Divulgación de información relativa a la sostenibilidad). Su finalidad es fomentar la integración de los factores ESG en la política de inversión de las instituciones financieras, así como facilitar la información ESG a los potenciales inversores.

 

En España se colocaron 28.548 millones de euros en bonos verdes, sociales y sostenibles en 2021, un 90% más que en 2020

 

Las empresas ya no pueden mirar hacia otro lado en materia de criterios ambientales, sociales y de buen gobierno. Los inversores se muestran cada vez más exigentes con estos temas e interesados en incluir en sus carteras estos factores. Como demuestra el considerable aumento de la inversión en bonos ESG. En España se colocaron 28.548 millones de euros en bonos verdes, sociales y sostenibles en 2021, un 90% más que en 2020, según cifras, publicadas el Observatorio Español de la Financiación Sostenible y, según datos del proveedor de análisis y evaluaciones de productos financieros Morningstar, la inversión bajo criterios ambientales, sociales y de gobernanza en todo el mundo supera ya los 1,7 billones de dólares, una cantidad que equivale a todo el PIB de Rusia.

 

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