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Más sanos y seguros en el trabajo

Bien-ESTAR · 27 abril 2023

Alrededor de 2,9 millones de trabajadores mueren cada año debido a accidentes y enfermedades laborales y, al menos, 402 millones de personas sufren lesiones profesionales. La Conferencia Internacional del Trabajo decidió en junio de 2022 incluir «un entorno de trabajo seguro y saludable» en el marco de principios y derechos fundamentales en el trabajo. Un derecho que se reivindica cada 28 de abril, cuando se celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, para promover el empleo seguro, saludable y digno. Una cita que pretende promover la prevención de los accidentes y las enfermedades profesionales.

 

Riesgos emergentes
La pandemia ha sido uno de los ejemplos más claros de la necesidad de adaptar los entornos laborales a los nuevos riesgos emergentes. En un mundo empresarial tan cambiante, con la adopción de nuevas tecnologías, mayores cargas laborales a raíz de recortes de plantilla, subcontrataciones y contratos temporales, es necesario invertir en la prevención de riesgos a través de programas en seguridad y salud en el trabajo que ayuden a la sostenibilidad de las economías, garantizando así una mano de obra sana y productiva.

En los últimos años, además, de los riesgos laborales de tipo físico han proliferado otros de tipo psicosocial como el mobbing, el acoso o el estrés que tienen consecuencias nefastas ya que pueden derivar en depresión, ansiedad o insomnio, y desencadenar enfermedades que afectan a la salud de los trabajadores y a su desempeño dentro de la empresa.

 

Estos son los peligros más comunes asociados al trabajo y como prevenirlos:
Caídas: Las caídas son una de las principales causas de lesiones laborales. Pueden ocurrir desde alturas elevadas, como escaleras y andamios, o desde superficies resbaladizas o mojadas. Para prevenirlas, es importante que los trabajadores usen equipo de protección personal adecuado, como cascos y arneses de seguridad, y que se mantengan alerta en todo momento.

Lesiones por esfuerzo repetitivo. Como teclear en un ordenador o trabajar en una línea de ensamblaje. Para prevenir estas lesiones, es importante que los trabajadores se tomen descansos regulares y que realicen ejercicios de estiramiento para reducir la tensión en los músculos.

Riesgos eléctricos. Presentes en todo tipo de industrias y sectores, son los más frecuentes. Se suelen producir, sobre todo, por el uso inadecuado de varios cables o regletas para tomar energía para muchos dispositivos, aparatos o máquinas. Estas malas conexiones representan un alto riesgo no solo de electrocución, sino también de incendio, quemaduras o incluso tropiezos y caídas. También se dan por conexiones eléctricas sin aislamiento, fallos de capacitación y entrenamiento o falta de equipos de protección. Para prevenirlos hay que adoptar algunos hábitos como inspeccionar rutinariamente las instalaciones eléctricas y sustituir las conexiones inseguras por otras seguras en cuanto sean detectadas, utilizar equipos de protección personal y aislar equipos eléctricos antes de trabajar en ellos.

Riesgo de Incendios. Son, junto con los eléctricos, los más recurrentes. Las causas son variadas: van desde un fumador imprudente, hasta el sobrecalentamiento de una una máquina. Para prevenir, lo primero es contar con equipos para la atención de una emergencia de ese tipo, adecuar salidas de emergencia y practicar simulacros, instalar sensores y alarmas, tomar medidas extremas para el almacenamiento de combustibles, explosivos u otro tipo de elementos de riesgo.

Cortes y laceraciones. Se producen como consecuencia del manejo de material o maquinaria. Van desde los pequeños e inocentes cortes de papel en una oficina, hasta las grandes y peligrosas heridas en una obra de construcción. Todos los empleados pueden sufrir heridas en la piel sea cual sea su trabajo, para prevenirlas las empresas deben proporcionar a sus trabajadores equipos de protección personal como guantes y botas de seguridad, mangas de protección, gafas, etc.

Riesgos biológicos. Consecuencia de la exposición causada por trabajar con animales, con materiales infecciosos o con personas transmisoras de alguna enfermedad. Hoy, tras la pandemia, sabemos que el distanciamiento social, el uso de mascarillas y el lavado frecuente de manos resultan esenciales para prevenir. Pero también establecer protocolos estrictos de trabajo, dotar a los trabajadores con equipos de protección, adecuar instalaciones de aseos, practicar revisiones médicas frecuentes y capacitar y entrenar a los trabajadores.

Exposición a productos tóxicos. Las personas que manejan productos químicos tóxicos corren el riesgo de sufrir intoxicación o enfermedades respiratorias. Para prevenir la exposición a productos químicos tóxicos, es importante que los trabajadores reciban capacitación adecuada sobre el manejo seguro de estos productos y que se les proporcione equipo de protección personal como máscaras y guantes de seguridad.

Riesgos ergonómicos. Ocurren cuando el tipo de trabajo, la posición corporal o las condiciones ejercen presión sobre el cuerpo del trabajador. Son difíciles de detectar ya que sus consecuencias no son inmediatas. La exposición a corto plazo puede causar dolores musculares. La exposición prolongada, sin embargo, puede generar graves problemas. Se puede prevenir el riesgo ergonómico adecuando las sillas y el lugar de trabajo, de acuerdo con la estatura y el peso del trabajador, establecer rutinas de pausas activas y diseñando procesos y procedimientos de trabajo enfocados en la comodidad del trabajador.

Riesgos psicosociales. Son aquellos que pueden tener un efecto adverso en la salud mental o el bienestar del trabajador. Por ejemplo, acoso, mobbing, estrés… Aplicar la ley es la forma más efectiva para prevenirlos. Pero, además, es conveniente crear e implementar políticas serias y precisas sobre el acoso en todas sus formas, desarrollar programas de formación y capacitación sobre el tema, informar a todos los trabajadores de que tienen derecho a ser escuchados y respetados y conservar registros e informes sobre casos ocurridos y la forma en que se solucionaron.

Y, por último, si a pesar de identificar los riesgos asociados al trabajo e implementar medidas preventivas sufrimos un accidente laboral, es importante informar a la empresa de inmediato y buscar atención médica si es necesario. Además, es importante documentar todos los detalles del accidente para fines de registro y seguimiento.

 

 

 

 

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