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¿Mejor solos o en pareja?

Bien-ESTAR · 13 febrero 2023

Vivir en pareja sigue siendo la opción para recorrer el camino vital que tiene más adeptos. El tipo de hogar más frecuente en España es el de una pareja con o sin hijos, 10,7 millones de personas viven en esta situación, el 54% del total; frente a 10,4% de hogares unipersonales, cinco millones de personas que viven solas. Pero ¿existen verdaderos beneficios y una mejor calidad de vida viviendo en compañía de la persona con la que mantenemos una relación sentimental?

 

Estos son los pros y los contras de vivir en pareja:
Mejora la economía: Uno de los beneficios de vivir en pareja es que la situación económica mejora. Las personas solteras tienen desventajas financieras como mayores niveles de desempleo, salarios más bajos, menor seguridad social y prestaciones, además de una fiscalidad más desfavorable.

Compartimos gastos y ahorramos más. Los gastos son algo de lo cual no podemos huir, pero entre dos son más llevaderos. Aunque en el caso de las parejas con hijos el gasto se dispara, hoy en día el desembolso medio que efectúa una familia durante el primer año de vida de un hijo es de 6.200 euros.

Ahorramos más. Según datos del departamento del departamento de Antropología Económica de la UNED, la vida en pareja permite un ahorro con respecto a vivir solo de un 30%. Esto se debe principalmente a que el mercado “discrimina” a los solteros frente a los casados a la hora del gasto, tanto en viajes, hoteles, seguros o en las ofertas en el supermercado pensadas principalmente para familias.

Tenemos más posibilidades de conseguir un préstamo. Si necesitamos un crédito del banco, como por ejemplo para comprar una casa, los ingresos se multiplican por dos, y es más posible que nos lo concedan.

Estamos acompañados. Aunque los momentos de intimidad e independencia son necesarios, llegar a casa y tener alguien con quién hablar es muy agradable.

Compartir. Gustos, intereses, aficiones, y momentos juntos resulta gratificante. Tanto las experiencias positivas como las negativas son mejores compartidas.

Las tareas se reparten. Entre dos todo es más fácil: recoger, lavar, planchar, hacer la compra… Colaborar en las tareas de la casa ahorra tiempo y esfuerzo.

Mejora la salud. Cuando vivimos en pareja liberamos mayor cantidad de oxitocina lo que disminuye los niveles de estrés y mantiene más estables la tasa cardíaca y la tensión. Los solteros son más propensos a sufrir de problemas de salud como aflicciones, dolores de cabeza y angustia psicológica grave.

Estamos más cuidados. Cuando vivimos en pareja y caemos enfermos podemos contar con alguien que se preocupa por nuestro bienestar y nos proporciona cuidados.

Hábitos más saludables. Las parejas que conviven tienen más opciones de habituarse a la realización de buenas prácticas saludables diarias. Las personas solteras, divorciadas y viudas son más propensas a ser físicamente inactivas, a fumar y beber en exceso.

Vivimos más: Diversos estudios demuestran que 3 de cada 4 personas que viven en una relación feliz viven más años.

Menos problemas mentales. Tener pareja estable aumenta la probabilidad de gozar de una buena calidad de vida emocional. Se muestran menos niveles de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, estrés y depresión que en personas solteras.

Mejores relaciones sexuales. A pesar de que la práctica se espacie más en el tiempo cuando la relación se estabiliza, el sexo en pareja es mucho más placentero. La intimidad y la confianza son factores fundamentales para que el sexo resulte perfecto.

Entre las principales desventajas de vivir en pareja podemos enumerar que la convivencia no es un camino de rosas y hay que saber bregar con los problemas familiares y las pequeñas manías de la otra persona, además de no sentirnos totalmente libres para hacer lo que queremos y vivir a nuestra manera. Los singles, además de la independencia y la libertad de no tener que dar explicaciones a nadie, tienen también más relaciones de amistad y la posibilidad de desarrollar su carrera profesional sin responsabilidades familiares. Es decir, pueden dedicar más tiempo y atención a sus actividades laborales y sociales.

 

Test ¿Estás hecho para vivir solo o en pareja?

  • Sabes estar solo o sola pero también compartir.
  • Has encontrado un equilibrio entre la autonomía y la intimidad.
  • No te aterroriza el compromiso.
  • No idealizas las relaciones.
  • Sabes aceptar a la pareja como es.
  • Quieres conocer y que te conozcan.
  • Eres responsable de tus dificultades psicológicas.
  • Sabes negociar los conflictos y ceder.

 

Sí has respondido afirmativamente a estas cuestiones puedes dar el paso. Si no, hay que tener en cuenta que no querer una relación es totalmente respetable y es mejor vivir solo/a si todavía no estás listo/a para comprometerte.

 

 

 

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